"...Este cuento lo escribí hace unos años ya, para el otro blog. Hoy quería re publicarlo porque habla del tiempo, tan preciso y relativo y lo que la gente hace de el..."
Hoy es sábado 23 de enero del 2010
y son exactamente las 14:45.
Buenos Aires sufre de alta sensación térmica estos días.
Bautista, sentado en el
sillón con rueditas, frente a las fotos sin retocar, mira una vez más el reloj, suspirando y
totalmente decepcionado.
-“¿Como puede ser que no me llame? -Piensa
- ya pasaron 9 días desde la ultima vez que lo vi.”. “No puedo creer que
no piense ni un segundo en mi”.
Mauro una vez más se
encuentra desaparecido.
Su vida junta es continua,
longeva e inestable. Bautista ya no soporta ser el que reiteradamente aguanta,
cede y propone. Sin embargo Mauro también tiene sus verdades.
-
Mi amor – le había dicho Mauro desesperado- Te lo repito. que yo no aparezca, no significa
que no te ame.
-
Pero pasamos días sin hablar. No entiendo, ¿No me extrañas? –
se quejaba Bautista como un niño.
Habían tenido esta conversación decenas de
veces.
-
¡Estoy trabajando! No
puedo escaparme así nomas para llamarte, esto es un hospital, no una oficina. Y
la plata no me alcanza, necesito hacer más horas – Contestaba Mauro ya
irritado.
Bautista trata de
entenderlo, siempre lo hizo. Pero por alguna maldita razón esta convencido de
que si lo amara realmente, se tomaría 5 minutos para llamarlo o se
reservaría un fin de semana para ir
juntos a la costa.
También sabe que esta siendo injusto con Mauro
y con su relación, porque mas allá del trabajo de su novio y la falta de tiempo
juntos, lo seguía eligiendo, nunca había sentido tanta libertad y comprensión
en una persona, Mauro es su complemento, su amigo, su familia, su amante. Sin
embargo esta dualidad de pensamiento lo perturba de tal manera que culmina en
confusión y depresión inevitablemente.
Bautista se siente fatal, arruinado, esta tan
mal que no quiere trabajar, ni ir al
gimnasio, ni ver a sus amigos. Por fortuna su trabajo de diseñador grafico le
permite trabajar en casa y así poder deprimirse todo lo que quiere sin ser
molestado, y a pesar de que la falta de Mauro lo desgarra, no puede dejarlo, su
amor es tan grande que llego a pensar que nunca mas iba a poder volver a enamorarse y ese siempre fue su gran
miedo, la barrera que le impedía darle un punto final a esta enfermiza
relación.
Suena el teléfono. Erica,
la hermana de Bautista que se encuentra de visita, contesta.
-
Hola – dice Erica con la voz apagada.
-
Hola Erica. Habla Pablo, ¿Cuando llegaste?-pregunto Pablo
emocionado.
Pablo y Bautista son amigos hace años y había estado
con el en todas sus recaídas.
-
¿Que haces Pablo? ¿Como te va? , llegue esta mañana-
Respondió Erica cansada.
-
Uy que bueno, decide una cosa. ¿Tu hermano esta?
-
Si, Pablo. Tu amigo esta, pero me dejo dicho explícitamente,
que no le pasara llamadas. Esta vez le agarro con toda.- dice Erica irónica y
angustiada.
-
Bueno que cagada, no entiendo porque no lo deja, por lo menos
ya no le hace escenas a Mauro. No importa, ya se le va a pasar.- agrego Pablo
tratando de contenerla.
-
¿Vos decís?- lo interroga Erica preocupada.
-
Si de una, yo lo conozco, fíjate como mañana se levanta
escuchando los Redondos a todo volumen y se va al gimnasio, es hasta que se
vuelva a enterar que el mundo no gira en torno a el.
Bautista, vuelve de su
estado vegetativo, se desplaza sobre su sillón con rueditas hasta la
computadora y compra una entrada online para ver una película, consigue
únicamente el horario de las 22:00.
-La puta madre, son las 3
de la tarde.- dice Bautista mirándose en el espejo.-¿Me queres decir que carajo
voy a hacer hasta la noche? Si me quedo acá encerrado me pego un tiro.- pregunto y respondió, como si le estuviera
hablando a alguien.
Tiene 7 horas por delante,
sus opciones son: tele, lectura fácil, dibujar,ver a sus amigos (en realidad no
sabia si seguía teniendo alguno). Nada parece resultarle útil.
“No aguanto mas , no es
justo – piensa - no puedo quedarme otra
vez así , llorando y sufriendo por un tipo, al menos si no voy a hacer nada
productivo voy a salir a divertirme, esta re lindo el día, pero el sol esta
tremendo, no mejor no. ¡Se termino, me voy al hospital, aunque se escape va a
escucharme!”.
Mientras prepara sus cosas
para salir, Bautista ve el pomo de pegamento que esta sobre la mesa, había
comenzado un curso para aprender a hacer zapatos y sus herramientas se
encontraban por todos lados. El ya había consumido otro tipo de drogas:
marihuana, cocaína, LSD; pero nunca se engancho con nada, solo pega ocasionalmente
y en su vida considero el tolueno como opción.
Son las 15:30, Bautista sabe que no tiene nada que
perder, busca información en Internet sobre los efectos y la forma de consumir
pegamento. Con toda la habilidad que lo caracteriza, prepara su bolsita sin
problemas.
Bautista aspira profundamente
unas 4 o 5 veces, aguarda unos segundos, comienza a sentirse eufórico y
exaltado. Cierra los ojos por unos minutos y al abrirlos se sobresalta al ver que la habitación se ha duplicado.
Hay dos computadoras, 2
ventanas, 2 sillones y para su mayor asombro un segundo Bautista, mirándose
como en espejo, el a la derecha y el otro, a la izquierda.
El segundo Bautista retoca unas fotos, a la
vez que espera que seque el pegamento que había puesto en un par de zapatos.
Bautista descubre que simplemente esta viéndose a si mismo, pero no parece ese
ser deprimido y fastidioso que solo piensa en la ausencia de Mauro, al
contrario Bautista Izquierdo mueve la cabeza al ritmo de la música y por
momentos canta a viva voz. Se lo ve feliz.
Bautista se acerca a su
doble, despacio y sin miedo. Se conoce, sabe que no puede hacerle daño, lo más
probable es que trate de iniciar una conversación. Pero Bautista Izquierdo no
parece poder ver a su original. Pasea alrededor de el en círculos, comienza a observarlo
detenidamente, mirando con cuidado aquellos detalles que nunca un reflejo
podría haberle mostrado. Sus propios movimientos, gestos y posturas. La manera
en que trabaja y piensa al mismo tiempo.
Bautista asume que la visión proviene del pasado; antes
de conocer a Mauro, cuando el trabajo era su prioridad y sentirse animado y
contento era su forma de vivir. Mira el reloj son las 15:50, vuelve la cabeza hacia el almanaque, hoy
es sábado 23 de
enero del 2010.
De pronto Bautista esta solo
de nuevo, la alucinación le revelo una parte de el por momentos dormida.
Decidido y totalmente pasado
sale rumbo al hospital .Antes de salir, se mira en el espejo unos segundos… y
se reconoce.
Corre por las calles llenas
de gente, como un delincuente a punto de ser atrapado, el sudor sobre los ojos
y la falta de coordinación apenas lo deja distinguir siluetas, siente las
piernas pesadas y los movimientos lentos, choca con los peatones , pisa mierda
de perro , ya no importa nada.
Llega al hospital, sigue
corriendo hasta la sala de guardia .Jadeando cae sobre el escritorio, la
secretaria lo mira esperando que le diga algo y supone que se trata de un
accidente. Pero la disnea no lo deja hablar todavía
-
¿Que
paso? – pregunta la secretaria un poco impaciente.
-
Ne..necesito
ver... a Mauro – contesta Bautista entrecortado.- De parte de… Bautista.
-
A ver,
espera un minutito.- dice la secretaria sin ganas.
Mauro aparece en la sala de
espera un poco atormentado, encuentra a Bautista sentado en una silla, lo ve
transpirado y con los ojos idos.
Se aproxima a Bautista con
paso firme. Ninguno de los dos dice nada. Se sienta a su lado.
-
¿Estas
drogado?- pregunta Mauro confundido.
-
Si,
pero nunca estuve mas cuerdo en toda mi vida.- respondió Bautista seguro de si
mismo. –Vine a decirte algo-.
-
Si ya
se, “que soy un egoísta y un insensible “. Y también me vas a decir que “como
puede ser que si tengo 2 minutos AHORA para hablar con vos, no los tengo otras
veces para llamarte”.
-
No. –
dijo Bautista un poco triste…pero confiado y tranquilo- Vine a decirte que te
amo. Pero que ya no quiero seguir al lado de una persona que no sabe vivir el
amor como yo; no tengo mas tiempo que perder.