Te confundí con otros, te desencontre en lugares donde no
estabas, tome manos que no eran tuyas. Quise construirte por pedazos sumando
trozos de hombres equivocados, pero se desplomaban al no encajar. No es posible
armar un rompecabezas con piezas incongruentes.
Por fin te descubrí en el lugar más recóndito de mi vida,
simplemente una mañana desperté con un plan y ahí estabas, basto que por fin
nos viéramos, nos miráramos de verdad y lo supe, lo supimos.
Vos supiste porque estuviste solo tanto tiempo y yo supe
porque nunca nada “deu certo pra mim”. Nos conectamos a ese nivel donde lo
hacen los poetas y que mientras vivimos incrédulos lo miramos con altura de
superación.
Hoy creemos que es así, somos devotos a morir. Y por más que
vuelvan los fantasmas. coraje es lo que nos sobra.
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